Durante mi adultez vestí el silencio del negro, el peso del metal y la estética de las sombras. Amo lo dark, lo alternativo, la crudeza .Es mi armadura. Pero en los últimos años, algo se quebró o tal vez se abrió. Empecé a mirar hacia atrás y me recordé en los 90s jugando en la calle hasta la noche en verano, mis cumpleaños en el calor de diciembre en el patio de mi casa con el portón abierto hasta tarde, el show de xuxa a las 17hs,las bolsitas en los cumpleaños, los juguetitos de la piñata, las sandalias de xuxa trasparentes con brillos, la barbie patinadora con la que jugaba, y me pidió que la vistiera. Y así nacieron estas prendas: suaves , un poco absurdas y totalmente sinceras. Este drop es mi carta de amor a esa contradicción: A la mujer que todavía viste de negro y va a recitales de rock y a la de 7 años jugando con tul y brillantina A las que aprendimos a ser fuertes y ahora queremos volver a ser suaves. No busco copiar busco recordar. Recordar cómo se siente lo tierno, que el poder también puede ser frágil, que lo femenino no es lo opuesto a lo oscuro. Es la misma energía, pero curada y reconciliada . Este es mi puente entre dos mundos: La oscuridad y la ternura, la rebeldía y la nostalgia. Es el pasado que vuelve para abrazarme.